Municipio pequeño, pero que nos sorprenderá con sus rincones escondidos, tranquilos i salvajes, donde podremos disfrutar de la naturaleza y del interesante patrimonio cultural, con una gran variedad de paisajes. Tenemos cuatro iglesias románicas y el Puente del Diablo. Es importante no olvidar el paso de las estaciones, que hacen de nuestro municipio un lugar tan diferente como interesante durante las cuatro épocas del año.
Encontraréis una amplia red de senderos históricos, recientemente recuperados. Os presentamos los tres más significativos, que seguro no os dejaran indiferentes, todos ellos dentro de Espacios de Interés Natural protegidos.
Ruta del Tossal de Isòvol
Transcurre en su totalidad por el EIN Tossals d’Isòvol i Olopte. Es el camino más largo y con mayor desnivel del municipio. Por eso nos permite gozar de una gran variedad de paisajes: campos de labranza, zonas de ganado, pueblos, montaña y los bosques de ribera del río Duran. El sendero pasa por la cima del Tossal, donde hallamos un espléndido mirador.
Con su modesta altura, se encuentra en el centro de la Cerdanya, teniendo así las mejores vistas de la comarca sobre el valle, el río Segre y las montañas que nos rodean. Se trata de una zona muy interesante para la observación de aves rapaces. La ruta se puede empezar en Olopte o en Isòvol.
No dejéis de visitar las iglesias románicas de Olopte y de Isòvol.
Ruta de la Ermita de Quadres y el río Segre
Magnífica ruta circular que transcurre por el camino de Santiago, entre prados y cultivos, y a lo largo de la orilla del río Segre y sus frondosos bosques. Destaca la Palanca del Segre, por donde podemos cruzar al otro lado del valle, y la Ermita de Quadres, del s. XII, donde podemos iniciar la ruta. Hay dos puntos de enlace que nos permiten realizar circulares más cortas.
También podemos empezar en el pueblo de All para visitar su iglesia románica. Ideal para ruta en bici.
Ruta del Molino de Olopte
Pequeña ruta circular, cómoda y agradable, para disfrutar de los bosques de ribera del río Duran. Una zona salvaje y tranquila. Antiguo camino que comunicaba los pueblo de Éller y Olopte y permitía llegar al molino de éste último. Ideal para verano, ya que es un paraje frondoso y fresco, al lado del río. Empieza en la plaza de Olopte. La ruta se puede alargar hasta el pueblo de Éller, rústico y tranquilo.